Límites y fronteras.

Siempre me pareció ridículo observar cómo es posible que consumamos carne en Bariloche de lugares que están a 1200 km de distancia, como por ejemplo, de la ciudad de Speluzzi, donde Supermercados La Anónima  tiene el frigorífico más cercano a nuestra ciudad. Cuando en realidad, acá nomas de Bariloche, a unos 200km existe uno de los clúster ganaderos más importantes de la región patagónica. Estoy hablando de la región de Los Lagos, en Chile. Si, el país que está al otro lado de la frontera, pero aunque sea otro país la Patagonia es una sola, lo fue antes y debería seguir siendo una sola. Hoy en día, por divisiones geopolíticas creamos una frontera artificial, que la hacemos ver como si fuese una frontera natural delimitada por la cordillera de Los Andes.  Pero no hace mucho tiempo la cordillera no era un límite natural ni artificial, simplemente era un cordón montañoso, tal vez más inhóspito por aquellos años para transitar o asentarse, pero que ello no lo convertía en algo infranqueable ni mucho menos.

Ya en el 1600, había expediciones jesuitas enviadas por la capitanía general de Chile hacia el Nahuel Huapi, expediciones provenientes del Pacifico. Recién en la segunda mitad del 1800 empezaron a llegar expediciones provenientes desde el Atlántico. Esto me hace suponer que era más complicado cruzar toda la meseta patagonica desde el Atlántico que cruzar Los Andes desde el Pacífico para llegar al Nahuel Huapi.

Y si bien parece que me estoy quejando de la distancia, y disculpen pero debo dar esta aclaración, en términos capitalistas no sería el problema. El capitalismo no mide distancias, mide productividad y en tal caso la rentabilidad. Mientras seas más rentable que el otro podes producir donde quieras.

Mi queja es que yo no puedo traer un queso de Chile o llevar desde Bariloche una artesanía al país trasandino, porque es considerado delito. Un delito delirante impuesto por burócratas de los dos lados de la cordillera, cuyo único argumento es el de una línea imaginaria que lo cambia todo.

La Alemana, el almacen fundado por Carlos Wiederhold en 1895.

Pero esto no siempre fue así, hace no mucho tiempo atrás existía un elevado intercambio comercial desde el Nahuel Huapi hacia el Pacífico. Recordemos que Carlos Wiederhold funda uno de los primeros comercios en la ciudad, el almacén de ramos generales “La Alemana” que luego pasaría a llamarse “San Carlos” y de ahí nuestro pequeño touch en el nombre Bariloche. Carlos funda una empresa homónima llamada “Carlos Wiederhold y Cía.” La empresa trasladaba mercaderías desde el Nahuel Huapi, traspasando la cordillera de Los Andes para embarcarlas en Puerto Montt, desde donde partían para llegar hasta Hamburgo en Europa y viceversa. Lo curioso es que hoy en día, con el nivel de tecnología que hay, hacer eso mismo lleva un trámite burocrático tan grande que te lo convierte en inviable y por lo tanto imposible de hacer.

En rojo: el recorrido que hacian las mercaderias Bariloche-Puerto Mont, utilizando el Paso Peréz Rosales. En azul: El camino que une Bariloche-Osorno por el Paso Cardenal Samoré. 


Mapa de 1796. Hecho por José de Moraleda para el Virreinato del Perú. En color celeste marqué la "Laguna de Nahuel Huapi" fijense que por aquellos años ya se sabía de la existencia del lago. En rojo esta el camino que seguiria Carlos si usara ese mapa. Cabe recalcar que ese camino estaba marcado con puntitos en el mapa original y se lo llamaba “camino de Buriloche”.


Tan locos eran aquellos años y tan gloriosos en términos comerciales para el Nahuel Huapi, que Carlos se trajo un barco entero desde Chile hasta nuestro lago. “Condor” el primer buque de vapor que navego estas gélidas aguas. Los tipos pasaron un barco a través de la cordillera, obvio lo tuvieron que desarmar antes, luego cargarlo y trasladarlo en 6000 mulas para luego volver a ensamblarlo en las orillas del lago, en pleno 1892, una locura.

Condór, el vapor de Carlos Wiederhold & Cía. 


¿Qué fue lo que pasó? de aquel traer un barco al hoy de no poder traer un queso.

Si bien yo admiro muchísimo a Francisco Pascasio Moreno por su gran visión de país, por su gran respeto por la naturaleza y por su titánica obra de ayudar a definir los límites patagónicos entre Argentina y Chile, maldigo el día en el que se creó uno de los límites  fronterizos más largos del mundo, un 23 de julio de 1881.

El límite año a año perjudico muchísimo a la ciudad de Bariloche, situación que empezó a revertir recién en 1934 con la llegada del ferrocarril. Bariloche dejo de ser una ciudad exportadora de mercancías a Europa, para convertirse en una ciudad exportadora de argentinos deseosos de comprar en los mall trasandinos. La creación del límite lo único que hizo con el tiempo fue separar a las personas, separar sus culturas y acrecentar los nacionalismos dentro de la Patagonia. ¡Que distinta hubiese sido una Patagonia sin límites! 

Si el nacionalismo destruye los pueblos, el libre comercio los une.

Datos impertinentes:

Si observan en la primer imagen donde estaba el comercio "La Alemana", del lado izquierdo van a ver un galpón con la ventanita cuadrada. Es el mismo que esta aqui abajo. Leyendo sobre este tema descubrí, para mi asombro, que todavia existia una parte de aquel almacén. Obviamente al igual que con el Mercedez 1114 quedo como lo vemos en la imagen. Como llego ahí es otra historia, pero en gran parte desidias gubarnamentales lograron eso.  


Foto año 2019, tomada por Edgardo Lanfre en algún lugar cerca de calle Pasaje Gutíerrez. 

Esta foto la saque yo. La casita esta al sur del nuevo edificio del Conicet sobre Pasaje Gutiérrez. Hay que meterse un poquito en el bosque nomás. 


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